No es un aniversario cualquiera para el Club Deportivo Colegio Los Leones. La mente y el corazón de todos quienes conforman la familia felina está en Valdivia, donde hoy, desde las 20:00 horas, el elenco de Claudio Jorquera disputará la quinta final de la Liga Nacional de Básquetbol, ante Las Ánimas.
Por lo mismo, por la cabeza de todos se mezclan imágenes y recuerdos. Conversaciones donde, en un lejano pero no olvidado 2009, empezaban a fraguarse los inicios de una institución que tenía claro sus objetivos: colaborar con el desarrollo del básquetbol de la Quinta Región, ser protagonista de los torneos en los que participara y un ejemplo para los niños del Colegio Los Leones.
Las palabras “imposible”, “sueño” y “locura” se escuchaban de los incrédulos; los soñadores, que confiaban en un proyecto a largo plazo, sólo pensaban en dos conceptos: Pasión y Esfuerzo.
Los inicios no fueron fáciles. Pero poco a poco, el equipo de Quilpué comenzó a hacerse un nombre y a ganarse el respeto en el concierto nacional.
Resultados que avalaban un trabajo arduo y sistemático comenzaron a ser la tónica. Desde el año 2012, siempre ha estado entre los cuatro mejores equipos de Chile, destacando en los varones los títulos de la Libcentro 2016, de la Copa Chile 2016, de la Conferencia Centro de la Liga Nacional 2017-2018 y las cinco participaciones en la Liga de las Américas, siendo el equipo chileno que más veces ha representado a Chile en el máximo certamen de clubes del continente.
Las damas no han sido menos con sus títulos de la Liga Nacional en 2012 y 2014, y un brillante primer lugar en su grupo de la Liga Sudamericana de Clubes, derrotando nada más y nada menos que al tricampeón brasileño, Americana.
Hoy los ojos están puestos en Valdivia, donde Los Leones van en búsqueda de una nueva hazaña, pero cualquiera que sea el resultado no podrá borrar una historia que ha dejado una huella indeleble, un camino forjado con trabajo y excelencia, un transitar que de la mano de la identidad y el sacrificio ha calado hondo en un sinnúmero de niños de la comuna, un libro escrito con Pasión y Esfuerzo. Es un aniversario distinto, pero la impronta felina aflora más que nunca.
