Siete alumnos y ex pupilos del Colegio Los Leones entrenan con el primer equipo de básquet y acá repasamos sus historias.
“Esto no lo he visto muchas veces”, comenta al borde de la cancha el entrenador del CDC Los Leones, Claudio Jorquera.
El también DT de la selección nacional se refería a la cantidad de alumnos y ex pupilos del Colegio Los Leones que este martes entrenaron con el primer equipo de básquetbol en el gimnasio quilpueíno.
“No es fácil lograr esto”, terminaba de explicar mientras miraba serio, como para que se le tomara el verdadero peso a la situación.
Tras la práctica, se reunieron los siete chicos y acá cuentan cómo ha sido su experiencia junto al básquet y a Los Leones.
“Encuentro que el colegio nos apoya mucho para llegar al equipo adulto”, dijo de entrada Felipe González, quien con 18 años es el jugador que más minutos suma junto al primer plantel.
“Nos ayudan con las fechas de pruebas y en un proyecto a mediano y largo plazo como el que se está haciendo, creo que estas medidas son las mejores que se pueden tomar”, agregó Rodrigo Zárate, quien es compañero de generación de Felipe; ambos salieron del colegio el año pasado y ahora dividen su tiempo entre la universidad y los entrenamientos.
Felipe Muñoz, de 17 años, dice que llegó “a principios de año. Toda mi familia se vino a vivir a Quilpué, donde hasta ahora he tenido una gran experiencia. Creo que he mejorado mucho y siento más competencia que la que sentí antes en otros colegios”.
Alonso Miralles, por su lado, tiene 16 y resalta un lado más humano de la situación. “Es lindo estar aquí, con mis compañeros. Todos nos conocemos desde chicos, entonces se hace más fácil”, explicó entre las risas y bromas de sus amigos, quienes no le dejaron pasar el sentimentalismo.
Tomás Arellano, de tercero medio, valora el tiempo en Los Leones. “Esta oportunidad no se da en muchos lados, así es que lo mejor es aprovechar y vivir bien esta experiencia”, recalcó el joven de 16 años.
Raúl Cuello, por otra parte, indica que “por ahora no me ilusiono tanto con quedar en el primer equipo, sé que tengo que mejorar, pero me gusta aprender cosas nuevas y en eso estoy. Esta es una buena oportunidad para lograrlo”, reflexionó el chico de 16 años, que cursa segundo medio.
Terminando la primera ronda, Miguel Cataldo, de 16 años y uno de los más tímidos al momento de hablar, resaltó la buena onda que existe en la relación con los jugadores del primer plantel.
“Siempre hemos tenido una buena relación con los adultos, nos vemos constantemente y a veces compartimos el camarín, entonces eso es bueno, porque nos ayuda mucho a sentirnos cómodos”, dijo el también alumno de segundo medio.
LAS METAS
El gimnasio de Los Leones tiene en uno de los costados de la cancha las gigantografías de los jugadores del primer plantel y, por ahora, Felipe González es el único de este grupo que está presente.
“La verdad, para mí, creo que no es algo tan especial, pero cuando estaba en el colegio los niños me saludaban y sentía un poco de reconocimiento”, admitió al respecto el estudiante de primer año de Educación Física.
Rodrigo Zárate, mechón de Ingeniería Civil Bioquímica, admite que entrenar y estudiar no es fácil.
“Pegarse 40 minutos en el metro, ir a Curauma (a la Universidad Católica) y luego llegar a entrenar a Quilpué es complicado, pero siempre hago el esfuerzo de venir con ganas y darlo todo. Siento que el tiempo no me sobra, pero tampoco me falta, nunca fui mucho de salir y a veces uno se siente apartado por no poder estar tanto con sus compañeros de universidad, pero aunque a veces me molestan, entienden mi decisión: a mí me encantaría seguir ganando experiencia y ojalá a fin de año poder estar en el equipo adulto”, sentenció.
Tomás Arellano, por su lado, también tiene metas personales ligadas al básquetbol y a los estudios. “Me preocupo mucho de mis notas, necesito tener promedio sobre 6,0 y lo que quiero es entrar a la Universidad, a Ingeniería Civil, con una beca por deportes”, explicó.
MOMENTO IMPORTANTE
En otro tema, Miralles destacó el entrenamiento que realizan día a día. “He notado que voy mejorando, esto nos sirve mucho y siempre es bueno ir progresando”, dijo bajo la mirada del entrenador Cristián Sepúlveda, quien explicó: “siempre sentí que ellos estaban preparados para este momento, los veo felices y también los noto expectantes. Estoy contento por este grupo, ellos trabajan directamente conmigo y ahora, con la dirección del profe Claudio, podrán dar el salto de calidad que necesitan”.
Cuello, también la tiene clara: “para mi familia es complicado tener los recursos económicos que se necesitan para que yo estudie, entonces me preocupo mucho de las notas y con el básquetbol podría entrar a la universidad becado, algo que busco con ganas, ya que ese es uno de mis sueños junto con poder jugar en el primer equipo y estar colgado ahí”, dijo mientras apuntaba con su mirada a las fotos de los jugadores estelares que adornan el Cubil Felino.
Creer es poder.